Escrito por: Ing. Ricardo Hernández Villaseñor
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¿De dónde es el Agave? El Agave azul, conocido científicamente como tequilana Weber, es una planta nativa de México que ha cobrado importancia mundial gracias no solo a su papel fundamental en la producción de tequila, una bebida con denominación de origen; Sin embargo, hay varios otros productos y subproductos que se pueden obtener del agave azul.
¿Para qué Sirve el Agave además de la producción de Tequila?
Jarabe y miel de agave:
Ambos, edulcorantes naturales que se extraen del jugo de la planta y son más dulces que el azúcar. la Miel y el Jarabe de agave se utilizan como alternativa en alimentos y bebidas como alternativa al azúcar debido a su bajo índice glucémico, lo que significa que no causa un rápido aumento en los niveles de azúcar en la sangre. También se aprecian por su sabor suave y su capacidad para disolverse fácilmente en líquidos.

Producción de inulina:
Es una fibra dietética soluble que se extrae de la piña y las hojas del agave. Es prebiótica (favorece el crecimiento de bacterias saludables en el intestino) y ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre.

Fibras de agave:
Las fibras de la planta, tradicionalmente conocidas como “IXTLE”, se han utilizado desde hace siglos por nuestros antepasados prehispánicos para fabricar textiles, cuerdas, alfombras, y productos artesanales. Estas fibras se usan porque son especialmente fuertes y duraderas, además, tienen propiedades antibacterianas y antifúngicas, lo que las hace ideales para aplicaciones donde se requiere higiene.

Bioetanol:
A partir de los residuos del agave después de la extracción de los jugos, se puede producir bioetanol, que es un biocombustible sostenible muy utilizado en el sector transporte.

Bioplásticos:
Las fibras y otros componentes del agave pueden utilizarse en la producción de bioplásticos, que son una alternativa más sostenible a los plásticos tradicionales ya que si son biodegradables. Este proceso se hace de la extracción de los azúcares de la piña del agave.

Alimento para animales:
Los residuos del agave (los bagazos y las pulpas), después de la extracción del jugo, se pueden usar como alimento para el ganado. Estos se deben de secar y moler para facilitar su manejo y consumo.

Así mismo, el Agave también tiene aplicaciones en la industria de los cosméticos y medicamentos; Sin embargo, su cultivo es una tarea meticulosa que demanda conocimientos precisos sobre sus requerimientos climáticos, de suelo, y manejo agronómico para asegurar una producción eficiente y sostenible.
A continuación, se presenta una guía detallada que abarca desde las condiciones climáticas óptimas hasta las prácticas de manejo agrícola recomendadas, destinada a orientar a productores y entusiastas en el cultivo exitoso del agave azul.

Requerimientos Climáticos para el Cultivo del Agave
Temperatura:
El rango de temperatura óptimo oscila entre los 15 y 25 °C durante el día, mientras que durante la noche se recomienda un rango de 10 a 15 °C. Temperaturas extremas por encima de los 35 °C o de -3 °C pueden afectar gravemente el desarrollo del cultivo.
En particular, las heladas que descienden por debajo de los -6 °C pueden ser extremadamente perjudiciales para las plantas jóvenes e incluso pueden ser mortales para las plantas adultas ya bien establecidas.
Precipitación:
Para que el agave tenga un buen desarrollo, es necesario que las lluvias anuales estén en el rango de 600 a 1100 milímetros y que haya una humedad ambiental seca la mayor parte del tiempo. Estos niveles de precipitación son típicos en las regiones productoras más importantes de Jalisco.
Luz:
El agave presenta un mejor desarrollo en días soleados a lo largo de todo el año. Por lo tanto, la región donde se establezca no debe tener problemas con nubosidad alta durante la época de lluvias.
Requerimientos de suelo para el cultivo de Agave
El agave prefiere un rango de pH de entre 6.00 a 8.50 y muestra tolerancia a suelos con salinidad ligera o media, aunque se deben evitar aquellos con niveles extremadamente ácidos o alcalinos. En cuanto a la profundidad del suelo, puede adaptarse tanto a suelos delgados como profundos.
Es importante que los suelos tengan una textura media para un buen desarrollo del cultivo, lo que significa que deben tener un adecuado drenaje y aireación. Los suelos francos, franco-arcillosos y franco-arenosos son ideales, especialmente en regiones con precipitaciones anuales superiores a 1100 mm.
En regiones con lluvias más bajas, alrededor de 700 mm anuales, se recomiendan suelos con mayor capacidad de retención de humedad. En este caso, los suelos de textura pesada como los arcillosos o limo-arcillosos son más adecuados.
Preparación del terreno para cultivar agave
La preparación del terreno para la siembra comienza con un barbecho a una profundidad de 20 a 25 cm, seguido de uno o hasta dos pasos de rastra para triturar los terrones más grandes, lo que deja una cama de cultivo mullida adecuada para el cultivo.
Posteriormente, se lleva a cabo el marcado o trazado de las líneas donde se sembrarán los agaves. Esto ayuda a garantizar una distribución uniforme y una densidad adecuada de siembra.

Elección de planta de Agave
La planta ideal para la siembra debe estar libre de plagas y enfermedades, tener un peso de 1.5 a 3 kg y una altura de 50 a 70 cm. Esto contribuye a un desarrollo más rápido y permite alcanzar la madurez más temprana.

En el caso de utilizar hijuelos de plantas madre, se recomienda que esta tenga una edad máxima de 5 años y una mínima de 3.
Contar con plantas o hijuelos de calidad favorece un desarrollo uniforme, acorta el tiempo necesario para alcanzar la madurez y facilita obtener una cosecha en un solo año o, como máximo, en dos. Esto se traduce en un menor costo de inversión y en una producción más eficiente.
Densidad de siembra del agave
El arreglo más común para evitar la competencia entre las plantas y lograr un desarrollo homogéneo es mediante hileras simples, separadas por una distancia de 3 m entre ellas.
Las plantas se siembran a una distancia de 1.5 a 1 m entre sí, lo que resulta en una densidad de siembra por hectárea de 2,222 a 3,333 plantas, respectivamente, siendo la más utilizada la de 1 m entre plantas.

Época de siembra del Agave
La mejor época para sembrar el agave y asegurar su establecimiento es durante la temporada de lluvias, que generalmente va de mayo hasta septiembre. Si se siembra más avanzada la temporada, es probable que la planta tenga menos reservas de agua y pase más tiempo sin ella durante el periodo de estiaje. Esto podría resultar en un retraso en el desarrollo del cultivo.
Siembra del Agave
Esta actividad normalmente se realiza de manera manual, con ayuda de un Barretón de desahije / Barretón de limpia.


Se abre un pequeño agujero en la tierra, del tamaño suficiente para enterrar ¾ partes de la planta, en caso de tratarse de hijuelo y para planta de vivero, solo debe enterarse el cepellón.
En ambos casos la tierra alrededor de la planta debe comprimirse bien y especialmente si se siembra un hijuelo, para evitar que la planta se vaya de lado.
Otra práctica común es agregar 250 gramos de abono de vaca, caballo, cabra o borrego, en el fondo la sepa.

Retrasplante del Agave
Esta actividad es necesaria programarla un año después de la siembra, ya que normalmente las plantas que no se logran establecer y se pierden va de un 5% hasta un 10%.
Para esta labor se recomienda utilizar plantas de mayor tamaño, en comparación a las utilizadas un año antes, al hacer esto el desarrollo será similar y al final de ciclo productivo la cosecha será más homogénea.

Actividades culturales del Agave
Poda de planta:
La poda, mejor conocida como barbeo o despunte, es una práctica que implica recortar las puntas de las hojas a diferentes alturas con respecto a la piña del agave. Esto estimula su desarrollo y se refleja en un crecimiento más vigoroso.
Además de fomentar el crecimiento, la poda permite eliminar las hojas o partes de ellas que están dañadas por enfermedades o plagas, lo que contribuye a mantener la salud y la productividad de la planta.
Pica o aflojar el suelo:
Se trata de una actividad que implica remover y aflojar la tierra alrededor de cada planta, formando un círculo de aproximadamente 40 cm de diámetro.
Es recomendable programar esta tarea cada 2 a 3 años, durante los meses de diciembre a febrero. Esto contribuirá a mejorar la aeración del suelo y en caso de aportar abonos orgánicos ayudaran a incorporarlos.
Desquiote o capado:
Esta poda implica cortar el escapo floral, también conocido como quiote, cuando alcanza una altura de 50 cm. Es importante prestar especial atención a los 6, 7 y 8 años después del trasplante. Si se permite que el quiote se desarrolle, consumirá todos los azúcares almacenados en la piña para la floración, lo que eventualmente llevará a la muerte de la planta.
-Durante las labores culturales en el cultivo de agave azul, es fundamental utilizar guantes de carnaza para proteger las manos de posibles cortes o irritaciones causadas por las espinas del agave. Estos guantes no solo proporcionan una barrera física contra las espinas, sino que también ofrecen un agarre seguro para realizar tareas como el deshije y la limpieza del terreno. Además de proteger las manos, los guantes de carnaza ayudan a mantener la higiene y la comodidad durante las jornadas de trabajo en el campo.


Fertilización del Agave:
La época óptima para la fertilización del agave se ubica durante la temporada de lluvias, específicamente entre los meses de junio y septiembre. Esta época coincide con un crecimiento acelerado de la planta, favorecido por la humedad presente en el suelo.
Programa de fertilización por planta.
Año de cultivo | Fertilizantes | ||
---|---|---|---|
Urea | Fosfato Diamónico | Cloruro de Potasio | |
0* | 0 | 0 | 0 |
1 | 18g | 66g | 96g |
2 | 44g | 0 | 96g |
3 | 44g | 0 | 96g |
4 | 44g | 0 | 0 |
*Algunos agricultores incorporan abono como fertilización de fondo.
Después del quinto año de siembra se aconseja repetir la última dosis.
Recomendaciones para la fertilización del Agave:
-El fertilizante debe ser aplicado alrededor de la planta o en el lado opuesto de la pendiente del terreno y enterrado a una profundidad de al menos 15 cm, lo que ayuda a reducir las pérdidas por degradación y volatilización.
-Además, los nutrientes deben ser depositados a una distancia de aproximadamente 20 cm de la base de la planta para una absorción óptima.
-Todo programa de fertilización debe estar respaldado por un análisis de suelo.
Abonado o fertilización orgánica del Agave:
Algunos productores realizan de 1 a 2 aplicaciones de abono por año, incluso durante la época seca, ya que es una actividad que puede llevarse a cabo de manera continua sin restricciones.
El momento óptimo para realizarlo es antes de aflojar el suelo o realizar la pica, lo que facilita su incorporación.
La dosis de abono puede variar según el tamaño de la planta, comenzando con 500 gramos y aumentando hasta 1,000 gramos por planta.
El estiércol debe estar completamente seco y puede ser de caballo, vaca, cabra o borrego.
Este tipo de enmiendas incorpora materia orgánica, lo cual mejora la retención de humedad, aporta nutrientes, evita cambios bruscos en la composición del suelo y favorece el aprovechamiento de nutrientes por parte de la planta.
Fertilización foliares del Agave:
En el mercado existen varios fertilizantes foliares para especiales para complementar la nutrición y potencializar el rendimiento.
Entre los cuales se encuentran:
Aumenta la cantidad de grados brix, mejora el tamaño y calidad de la piña.
Dosis: 4 L/ha
Época de aplicación: 30 días después del trasplante y repetir cada 30 día.

Aumenta la cantidad de grados brix, mejora el tamaño y calidad de la piña.
Dosis: 4 L/ha
Época de aplicación: 30 días después del trasplante y repetir cada 30 día.

Incrementa el tamaño de la piña, la cantidad de biomasa y los azucares, por lo tanto, la aplicación de este producto incrementa la calidad.
Dosis: 4 L/ha
Época de aplicación: Iniciar aplicaciones desde el tercer año del trasplante y durante todas las etapas de producción. Repetir cada 30 días durante el resto del cultivo.

Cosecha o Jima del Agave
Cuando comienza a percibirse el quiote o escapo floral, esto indica que la planta está alcanzando la madurez necesaria para la cosecha, lo cual generalmente ocurre a los 6 años.
La siguiente actividad es el desquiote, después de esto, aproximadamente en 12 meses, el agave reunirá las mejores condiciones para elaborar el tequila.
La cosecha, también conocida como jima, consiste en cortar la planta, separarla de la raíz y retirarle las hojas, quedando lo que se conoce como piña, este proceso se realiza con una Coa Agavera.

La cosecha comienza a los 7 u 8 años y puede extenderse hasta los 14 años, ya que las plantas no alcanzan la madurez al mismo tiempo y es necesario esperar a que alcancen la calidad adecuada.
Si te gustó este artículo, y quisieras saber sobre las enfermedades del agave te recomendamos consultar las iguientes guías:
-Plagas y enfermedades del Agave: identificación, prevención y control efectivo
-Guía: Requerimientos básicos para las plantas
-Guía: Enfermedades de las Plantas.
-Guía Tipos de Sistemas de Riego Agrícola